En enero de 1933, los habitantes de Casas Viejas (Cádiz), secundando una insurrección anarquista, se alzaron en armas contra la República. El Gobierno presidido por Manuel Azaña envió a ese pueblo una compañía de la Guardia de Asalto al mando del capitán Manuel Rojas. Tras una noche de disparos y muertos, la revuelta fue sofocada. Pero, al amanecer, los guardias detuvieron a doce vecinos, los maniataron y los fusilaron. El Gobierno defendió la actuación policial cuando la oposición denunció el crimen. El propio Azaña negó en las Cortes los fusilamientos, si bien luego rectificó. Este libro, merecedor del XXIV Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias, relata los juicios incoados a Rojas en 1934 y 1935, cómo los contó la prensa, en particular la monárquica y la anarquista, y la campaña desatada contra Azaña, al tiempo que aporta las inéditas declaraciones de Rojas, de sus guardias y de otros testigos ante el juez instructor. Por último, se rescatan asimismo historias desconocidas de estos sucesos, continuamente aireados como un crimen de la República, que marcaron de manera indeleble a Azaña.