A lo largo de los tres últimos siglos, una figura femenina ha personificado a Barcelona en ilustraciones, viñetas humorísticas, esculturas, imágenes publicitarias y representaciones artísticas diversas. El éxito de esta alegoría revela una potente identidad urbana, utilizada con distintos fines, tras los que se esconden no solo intereses políticos, sino cuestiones de carácter antropológico, social, estético, simbólico, cultural e histórico. Gracias a la autonomía del lenguaje visual, es posible distinguir una Barcelona guerrera, industriosa, reina, diosa, novia, ama de casa, madre, esposa, burguesa, proletaria, niña, joven, vieja, melancólica, esperanzada…
A partir de ese reconocimiento, este libro gira en torno a dos grandes ejes: por un lado, las consecuencias que tiene el uso de la personificación como metáfora identificativa de la ciudad; y, por otro, las coordenadas históricas y políticas que explican ese uso. Al percibirse como un ser humano, o más precisamente como una mujer, el sentimiento de pertenencia y el modo de relación con la ciudad adopta la perspectiva que, en cada momento, se corresponde con ese imaginario emocional.