Arthur Conan Doyle y Jules Verne son citados por sorpresa en un hotel de Londres por Joseph Bell, el médico que inspiró el personaje de Sherlock Holmes. Antes de que los dos escritores se repongan de su asombro, se desata una carrera contra el tiempo en la que se ven implicados en crímenes que tienen que ver con un manuscrito maldito, atribuido a otro sabio, Isaac Newton. El legajo contendría la clave sobre el verdadero autor de las obras firmadas por William Shakespeare, y sobre su verdadero sentido.
Con el trasfondo de la Inglaterra victoriana y el clima prebélico entre las potencias europeas –que estimula el espionaje–, los protagonistas se enfrentan con humor y astucia a numerosos enigmas y peligrosas situaciones. Intentan descifrar, entre otras cosas, por qué el número 287 se repite constantemente en las obras de Shakespeare, a qué obedece el increíble parecido entre los retratos de éste y Sir Francis Bacon, o el papel de los rosacruces.