De origen polaco, Joseph Conrad
(1857?1924) pasó los primeros veinte
años de su juventud navegando por el
mundo, y los treinta años restantes
escribiendo en su casa. A los diecisiete
años, se enroló como marinero en
Marsella, y prestó servicio en diversos
barcos. Navegó por el golfo de Siam, el
océano Índico y el archipiélago malayo;
más tarde, una vez nombrado capitán
de la marina mercante inglesa, comandó
un vapor fluvial en el Congo Belga,
origen de uno de sus más célebres
relatos.
En 1893, renunció a su carrera marítima
para dedicarse íntegramente al
ejercicio de las letras. El cúmulo de sus
vivencias marinas serán el origen de su
peculiar universo novelesco, si bien
nunca quiso rebajar su arte a una mera
crónica de peripecias, sino que supo
transformar su experiencia marina en
una honda y compleja metáfora de la
existencia humana. Su primera no vela,
La locura de Almayer, fue publicada en
1895; a este libro siguieron, entre otros:
El negro del «Nar cissus» [1897],
Cuentos de inquietud [1898], El corazón
de las tinieblas [1899], Lord Jim [1900],
Tifón [1902], Nostromo [1904], El agente
secreto [1907], Bajo miradas occidentales
[1911], Victoria [1915], La
línea de sombra [1917]; sin olvidar su
hermoso ensayo, El espejo del mar
[1906] y sus notas autobiográficas,
Crónica personal [1909].
EPÍLOGO: JULES CASHFORD.
TRADUCCIÓN: FRANCISCO TORRES OLIVER.
PREMIO NACIONAL DE TRADUCCIÓN 2001.