NUEVA TRADUCCIÓN Y POSTFACIO DE Miguel Martínez-Lage
En una carta dirigida a Harrison Smith -el editor en 1929 de El ruido y la furia- fechada un jueves de agosto de 1934, es donde empezamos a tener las primeras noticias de esta novela: «... Tengo un título para ella que me gusta, dicho sea de paso, ¡Absalón, Absalón!: la historia de un hombre que quiso tener un hijo a fuerza de orgullo, que tuvo demasiados, y al que sus hijos destruyeron».
Este germen de su obra lo terminó Faulkner en Mississippi el 31 de enero de 1936. «Es una historia torturada y una tortura escribirla», le espetaría a su editor y amigo Ben Cerf. Faulkner siguió pensando la novela incluso después de haberla terminado. Escribió una ordenada cronología. La genealogía incluía a diecisiete personajes y volvería sobre ello para nuevamente añadir a mano más detalles. Luego incorporó un mapa del condado de Yoknapatawpha y dibujó el Tallahatchie al norte y el Yoknapatawpha al sur, biseccionando verticalmente el condado con el ferrocarril de John Sartoris... Identificó cuidadosamente veintisiete lugares. Incluyó la extensión del condado y su población, y luego escribió: «William Faulkner, único dueño y propietario».Catorce años más tarde, en 1950, la concesión del Premio Nobel de Literatura constató que Faulkner era, es y seguirá siendo uno de los Maestros de la Literatura Universal, modelo de generaciones de escritores y lectores en todo el mundo. «Creo que es la mejor novela que haya escrito nunca un norteamericano.»WILLIAM FAULKNER «Faulkner gusta de exponer la novela a través de los personajes. El método no es absolutamente original, pero Faulkner le infunde una intensidad que es casi intolerable. Una infinita descomposición, una infinita y negra carnalidad hay en este libro de Faulkner. El teatro es el estado de Mississippi: los héroes, hombres desintegrados por la envidia, por el alcohol, por la soledad, por las erosiones del odio.¡Absalón, Absalón! es equiparable a El ruido y la furia. No sé de un elogio mayor.»JORGE LUIS BORGES
«¡Absalón, Absalón! es quizá, para mí, la obra maestra de Faulkner.» JUAN BENET
«El vínculo entre Cervantes y Faulkner se encuentra en que los dos añaden algo al mundo, ilustran nuestro espíritu, al convertir los mundos ocultos en mundos liberados: Faulkner mediante la conciencia trágica del dolor y Cervantes mediante la comedia y la idea de que "el hombre prevalecerá».CARLOS FUENTES «Cualquiera que tenga curiosidad por la novela del siglo XX en cualquier idioma tiene la obligación de leer a William Faulkner. Su nombre, que han pronunciado bien alto, autores como Cabrera Infante, García Márquez, Onetti, Rulfo, Vargas Llosa, Borges o Juan Benet, no debería estar nunca entre paréntesis, como pretenden algunas escuelas de las grandes universidades norteamericanas».JAVIER MARÍAS