De un internado supuestamente moderno a los paradisíacos bosques de Florida, de Nueva York a Copenhague, las memorias de Frank Conroy transitan entre trabajos peculiares, amistades perdidas, sorprendentes aficiones y amores primerizos. La temprana muerte de su padre acelera el fin de la infancia de Frank, que se hará adolescente en un hogar en el que la precariedad, el desarraigo y el desorden son la norma. Frente a esa dura situación, Stop-Time se erige en un canto a la amistad y a la libertad, los dos principales apoyos con los que el joven Conroy se enfrentará al devenir de los acontecimientos y logrará salir adelante.
Lo que podría haber sido un libro violento, vengativo, se convierte gracias a la pericia de su autor en una triunfal celebración de la juventud, en una autobiografía que se lee como una novela y cuya principal virtud, como afirma su prologuista, es su claridad encandiladora. Reconocida desde su publicación en 1967 como una obra maestra del género autobiográfico, la fama e influencia de Stop-Time no ha dejado de agrandarse desde entonces.
«A menudo presenta los hechos como si estuviera en el sofá de un psicoanalista (…) y después desmenuza y analiza en profundidad esos hechos utilizando un lenguaje a veces sobrio y a veces de una belleza tal que incita al lector a subrayar y releer con frecuencia. «Stop-Time» es un libro imprescindible para un buen lector y también para quien sienta la necesidad de contar su propia historia porque, como han comprobado grandes escritores, enseña cómo recordar y cómo contar lo que se recuerda.»Sagrario Fernández-Prieto (La Razón)
«Conroy narra con una franqueza brutal. Y es esta franqueza la que acerca al escritor al lector, la que permite en su lectura encontrarse y reconocerse en sus páginas, viajar hacia uno mismo. (...) Es un libro único, mágico, elemental, la esencia misma de este nutriente tan americano que rastrea en lo vivido la mejor literatura. (...) Este lúcido y evocador libro de memorias se convertirá en un modelo para innumerables escritores jóvenes, el tipo de libro que se pasa de mano en mano como un secreto de la profesión.»Matias Crowder (Diari de Girona)
«Que Frank Conroy decidiera arrancar su carrera literaria con una autobiografía centrada en su infancia y juventud no deja de ser un acto de extrema honestidad (…) Un libro donde Conroy es Conroy, sin espacio para alter egos; un libro que, sin vulnerar los límites del género, puede disfrutarse como un extraordinario 'bildungsroman', y también como la prueba de fuego de alguien que quiere demostrarse a sí mismo que será un escritor de raza.»Sergi Sánchez (El Periódico)