SEÑOR DE LAS PALOMAS, EL

Esta ¿novela?, ¿biografía?, ¿reportaje?, tiene como protagonista a un genio. Sólo y nada menos que Pablo, que tal vez se parecía a su tocayo Picasso. El autor de estos apasionantes y apasionados capítulos justifica un relato que a nadie le será indiferente, con dos versos de Góngora:

Parte son visiones,
parte maravillas.


Parafraseando un galardonado título y libro de Álvaro Cunqueiro, también Antonio Olano pudo titular el suyo así: “Un hombre que se parecía a Picasso”.

El hombre, el nombre, sale del armario. Tal vez no estuvo jamás dentro de él. Olano escribe la biografía más sorprendente, la novela hasta ahora inimaginable, más valiente en torno a Pablo. El escritor que fue amigo íntimo de Picasso relata del otro Pablo –un repetido nombre y un genio único– hechos desconocidos de un ser mitad ángel mitad demonio.

Consumidor de opiáceos, amante de importantes seres humanos, encausado por un expolio al Museo del Louvre; enamorado de la ambigüedad, protege el secuestro de La Gioconda.

El propio Pablo Picasso narra avatares de su familia y relatos insólitos de su niñez junto a las palomas, como el singular acontecimiento de su nacimiento, en el que se le daba por muerto y su tío, resoplando sobre su cara el humo de un habano, le devolvió a la vida.