El ideario del chef de moda Galardonado por los prestigiosos Gourmand World Cookbooks Awards 2011: Premio Best Book in the World David de Jorge define su trabajo como «pura exaltación de la gula y el jovial disparate» que reivindica «la buena comida sin fantochadas y con buenos ingredientes: el milagro más seguro. Una gastronomía con sentido común que desenmascarará a los egochefs más horteras». A partir de esta declaración de intenciones, el objetivo de este libro es componer un excepcional menú de infinitos platos que pueden combinarse con libertad absoluta: breves piezas que nos hablan sin solemnidad de vinos, aceites, mercados, platos, cocineros, restaurantes y comilonas, elaboradas con un lenguaje coloquial y desenfadado, irreverente en ocasiones y siempre inteligente. Una invitación al disfrute de los placeres cotidianos: amistad, amor o literatura, celebrados alrededor de una mesa y con la comida como eje de una experiencia múltiple, completa y, sobre todo, divertida. Reseñas:
«Con simpatía, franqueza y sin engolamientos ni jergas displicentes, David de Jorge prueba, sazona, corta, pregunta, felicita, sopla, descubre, sirve, recomienda, aliña, sonríe, recuerda y blasfema. La reacción es inmediata: empiezas a salivar y sueñas con atunes gigantes bailando sobre un mar de jugos gástricos, ajos y cebollinos.»
Sergi Pàmies «En Gran Bretaña y Estados Unidos arrasan Nigella Lawson y Giada de Laurentiis. The Daily Mail escribía que en el programa de Lawson hay escenas de glotonería como no se veían desde el monstruo de las galletas... Una es chef y la otra no, pero ambas dan a sus indicaciones un toque de sensualidad, de gusto por la comida (y no por la tontería) que aquí se echa en falta y cuyo único equivalente peninsular sería David de Jorge, que nos da una lección de lo bueno que es comer sin bobadas tecnoescalofriantes.»
Quim Monzó «Abofetea a la crítica como nunca hasta ahora se había hecho. Sus textos son magníficos porque tocan las claves de este mundo; son sic, es decir, sensibles, inteligentes, cultos, y apelan a las tres variables fundamentales del ser humano: el sexo, el estómago y el cerebro.»
Arturo Pardos, Duque de Gastronia